Una guía simple para cuidar tu salud sin perder el sabor
¿Cuál elegir? ¿Y por qué importa?
Si estás empezando a hacer cambios en tu alimentación, seguramente ya pensaste en dejar la sal común. Es uno de los primeros pasitos que muchas personas dan para cuidar su salud. Pero... cuando vas a la dietética, te encontrás con un montón de opciones nuevas: sal marina, rosada, 0% sodio… y te preguntás: ¿Cuál me conviene más? ¿Realmente hay tanta diferencia?
Respuesta: sí. Pero lo importante no es sólo cambiar la sal, sino entender por qué lo hacés y cómo ese cambio puede sumar bienestar a tu día a día.
Acá te lo explico simple:
Sal Marina: una opción natural y equilibrada
- Proviene de la evaporación del agua de mar.
- No está refinada, lo que significa que conserva minerales como magnesio, calcio y potasio.
- Tiene un sabor más intenso, así que podés usar menos cantidad.
- Contiene sodio, pero en una proporción más equilibrada que la sal común.
Ideal si querés hacer un cambio saludable sin eliminar la sal por completo.
Sal Rosada del Himalaya: más que linda, rica en minerales
- Se extrae de yacimientos milenarios, sin químicos ni procesos artificiales.
- Aporta más de 80 minerales traza, como hierro, zinc y magnesio.
- Tiene un poco menos de sodio por gramo que la sal de mesa.
- Sigue siendo sal, y también hay que usarla con moderación.
Una buena opción si buscás sumar minerales a tu alimentación diaria.
Sal 0% Sodio: especial para casos puntuales
- Está hecha a base de cloruro de potasio, y no tiene sodio.
- Se suele recomendar en casos de hipertensión o retención de líquidos.
- No es apta para todo el mundo: puede alterar el ritmo cardíaco, así que siempre es importante consultar con un profesional antes de usarla.
- Tiene un gusto algo amargo o metálico que no a todos les resulta agradable.
No es una opción para uso general, sino para situaciones específicas.
Entonces… ¿cuál elijo?
No hay una respuesta única. Todo depende de vos, tu salud y tus hábitos. Pero sí hay algo claro: El primer paso es dejar la sal refinada (la de mesa, la de paquete blanco), porque es muy procesada y no aporta más que sodio puro.
En cambio, las opciones más naturales como la sal marina o la rosada te dan un plus de minerales, tienen mejor sabor, y permiten usar menos cantidad.
Tips “Tan Simple” para sumar sabor sin exceso de sal:
- Usá hierbas secas o frescas, especias, limón, vinagre de manzana o ajo para realzar sabores.
- Probá nuevas combinaciones: orégano con cúrcuma, romero con limón, jengibre con ajo…
- Sumá alimentos ricos en potasio natural como frutas, verduras y legumbres: ayudan a mantener el equilibrio en el cuerpo.
- Si tenés alguna condición de salud, siempre consultá antes de hacer cambios.
Cerramos con una recomendación simple:
Elegí sal marina o rosada para tu día a día.
Son opciones más naturales, ricas en minerales y mucho más amigables con tu salud.
Y si tenés dudas o querés saber cuál es mejor para vos, escribime. Siempre estoy para acompañarte.
Ceci
🍀